La llamada “hipergamia masculina” es, en realidad, un concepto mal planteado. La hipergamia es una estrategia reproductiva exclusiva de las mujeres, grabada en su biología tras millones de años de evolución.

Se refiere a la tendencia femenina de vincularse sólo con hombres de igual o mayor valor que ellas en el mercado sexual. No es machismo ni patriarcado: es biología.

Como son ellas quienes cargan con el coste reproductivo (embarazo, parto, crianza), necesitan asegurar no solo buenos genes, sino también seguridad y provisión. Por eso su estrategia natural combina dos polos:

  • Atracción por la mejor opción genética posible.
  • Búsqueda de protección y recursos a largo plazo.

Hoy en día esto genera un problema evidente: cuantas más mujeres alcanzan un alto estatus económico y social, más difícil les resulta encontrar pareja.

La razón es simple: una mujer no se siente atraída por un hombre de menor valor que ella.

Ahora bien, ¿qué ocurre con los hombres?

La diferencia es clara: los hombres no son hipergámicos en sentido biológico. Nuestro impulso no es “hacia arriba”, sino hacia más: maximizar el acceso a mujeres en general.

Lo que sí ocurre es que ciertos comportamientos masculinos en el mercado sexual se malinterpretan como hipergamia, y ahí nacen las confusiones.

¿Qué es un hombre con hipergamia?

Puede parecer lógico pensar: “yo soy un hombre hipergámico porque, como hombre, cuanto más atractiva sea la mujer, mejor. Por tanto busco mujeres de mayor valor”.

Pero esa idea es falsa. Aquí es donde muchos confunden optimización con hipergamia. Ambos sexos optimizan, pero sólo las mujeres lo hacen de manera hipergámica.

Verás.

Los hombres pueden sentirse atraídos sexualmente por mujeres de mayor valor que ellos, pero también por mujeres de su mismo nivel, o incluso por debajo de su propio valor de mercado sexual (VMS).

Esto no ocurre en las mujeres. Ellas solo se sienten sexualmente atraídas por hombres de igual o mayor valor que ellas. Nunca “hacia abajo”.

Pongamos un ejemplo “numérico”, solo por hacerlo visual:

  • Un hombre de “nivel 6” puede desear a una mujer 7 u 8, pero puede acostarse con mujeres 5, 6 o incluso 4… y no tiene problema con ello.
  • Una mujer de “nivel 6” solo se sentirá atraída con hombres 7 o más. Puede tolerar a un 6 si le aporta recursos, pero jamás se sentirá sexualmente atraída por un hombre 5 o menos.

Por eso hablamos de hipergamia como algo exclusivo de la mujer:

  • La mujer busca “el mejor”.
  • El hombre busca “más”.

De ahí la confusión. Ambos sexos optimizan sus estrategias reproductivas. Pero solo la estrategia reproductiva femenina es hipérgama.

Por eso no tiene sentido hablar de “hipergamia masculina” o de «hombres hipérgamos”.

La estrategia reproductiva del hombre tiende más al acceso ilimitado al mayor número de mujeres posible.

Y aunque un hombre puede aspirar a mujeres por encima de su nivel, rara vez logra sostener una relación con ellas a largo plazo sin aumentar su valor, precisamente por la hipergamia. En cambio, encontrará mayor estabilidad con mujeres de igual o menor SMV.

Cómo se manifiesta la hipergamia masculina

Ya hemos visto que los hombres no son hipergámicos en sentido biológico. Sin embargo, en el mercado sexual muchos confunden ciertos comportamientos masculinos con “hipergamia masculina”.

Lo que hace el hombre no es filtrar hacia arriba, sino usar sus recursos y estatus para ampliar el acceso a más mujeres.

Esto genera la ilusión de que también “busca hacia arriba”, cuando en realidad está maximizando su abanico de opciones.

Algunas formas en las que esto se percibe son:

  • Exhibición de estatus económico o social. Un hombre que muestra ingresos, poder o estilo de vida no lo hace solo para atraer a mujeres “de su nivel para arriba”, sino para atraer a un mayor número de mujeres en general.
  • Elección de pareja una pareja más jóven o atractiva. La atracción masculina hacia juventud, belleza y fertilidad no depende de que la mujer esté “por encima” de él en valor social.

Cualquier mujer que cumpla esos rasgos despierta su deseo, porque biológicamente está programado para asociarlos con mayor éxito reproductivo.

  • Competencia jerárquica entre hombres. Los hombres compiten en logros, fuerza, dinero o influencia no porque sean hipergámicos, sino porque las mujeres lo son. Al ser ellos “mejores”, aumentan las probabilidades de que más mujeres se fijen en ellos.

En definitiva, lo que algunos llaman, erróneamente, “hipergamia masculina” no es una estrategia reproductiva real, sino una manifestación social de la lucha masculina por estatus y acceso a mujeres.

Diferencias con la hipergamia femenina

Entender esto es clave y, como hemos dicho antes, debemos tener en cuenta que:

  • La mujer es hipergámica por naturaleza: Siempre apunta hacia arriba. Nunca se siente atraída de verdad por alguien de menor valor.
  • El hombre está orientado a cantidad por naturaleza: Puede sentirse atraído por mujeres de mayor, igual o menor nivel. Su impulso no es “subir de categoría”, sino ampliar el acceso.

El motivo de que esto sea así es que el coste reproductivo (lo que cuesta la reproducción) para cada sexo es diferente.

En términos evolutivos, reproducirse cuesta 1 célula reproductiva a cada uno.

Sin embargo, las mujeres sólo tienen 1 célula reproductiva (óvulo) al mes y durante un periodo de tiempo limitado…

…mientras que los hombres tienen millones de células reproductivas (espermatozoides) al día y durante un periodo de tiempo mucho más amplio.

Además la carga de la concepción recae 100% en las mujeres.

Esto es lo que marca la gran diferencia.

En otras palabras:

  • La mujer busca al mejor hombre posible.
  • El hombre busca a más mujeres posibles.

La forma más eficiente de optimizar la estrategia masculina es el acceso ilimitado a opciones ilimitadas. Ahora bien, no es la única: también puede invertir en una sola mujer para asegurar descendencia.

Por eso decimos que la estrategia reproductiva masculina es pluralista: puede orientarse a la cantidad o a la inversión, según el contexto y el valor del propio hombre en el mercado sexual. Pero en ningún caso busca solamente mirar “hacia arriba” como hacen las mujeres y por eso la estrategia masculina no es hipergámica.

¿Qué es satisfacer la hipergamia?

En el caso de la mujer, satisfacer su hipergamia significa estar con un hombre que percibe capaz de:

  • Dar ventaja evolutiva a su descendencia, garantizando mejores genes y mayor probabilidad de reproducción. (Optimizar la hipergamia a corto plazo).
  • Aportar seguridad y recursos, asegurando que sus hijos prosperen en el tiempo. (Optimizar la hipergamia a largo plazo).

Desde el lado del hombre, esto se traduce en tener suficientes “puntos” en los tres pilares de su valor de mercado sexual:

  • Apariencia física.
  • Estabilidad y prosperidad económica.
  • Habilidades sociales y estatus.

Cuando un hombre reúne estos factores, la mujer siente que está con “el mejor que puede conseguir” en ese momento, y su hipergamia queda temporalmente satisfecha.

Señales de que su hipergamia está satisfecha

Sabrás que estás en este punto con una mujer porque:

  • Se queja poco o nada. Tampoco te demanda o exige en exceso.
  • El sexo es frecuente y con una gran entrega por su parte.
  • Tiene una tendencia a cuidarte y disposición a invertir en la relación mostrándote lealtad y fidelidad.

Señales de que su hipergamia NO está satisfecha

Contrariamente, sabrás que te estás alejando de este punto cuando ella

  • Se queja constantemente o exige más. Nunca parece satisfecha.
  • El sexo es escaso o se convierte en una “tarea” más que hacer para cumplir.
  • Tiene una tendencia a centrarse más en ella misma que en ti y desarrollas dudas y sospechas sobre su lealtad y fidelidad.

Es importante entender que ella no lo hace de forma consciente: estas respuestas son biológicas y evolutivas. Cuando percibe que no está con “su mejor opción” o cree que puede aspirar a algo más, su conducta cambia automáticamente.

En el hombre no existe una “hipergamia masculina” que satisfacer. Lo que hace es construir valor para maximizar sus opciones: cuanto más atractivo, estatus y recursos acumula, más podrá aumentar la probabilidad de atraer mujeres y elegir desde la abundancia.

Impacto de la hipergamia masculina en las relaciones

El mito de la hipergamia masculina confunde a muchos hombres. Algunos creen que deben casarse “hacia abajo” para mantener el poder en la relación. Pero eso no es un instinto masculino, sino un cálculo social.

En la práctica, vemos lo contrario:

  • Hombres con alto atractivo acceden a mujeres de todos los niveles.
  • Mujeres con alto estatus encuentran más difícil conseguir pareja que las iguale o supere, porque su filtro hipergámico reduce drásticamente el número de opciones.

Preguntas frecuentes sobre hipergamia

A continuación daremos respuesta a algunas dudas comunes:

¿Cuál es lo contrario de la hipergamia?

Se suele hablar de hipogamia, entendida como “casarse hacia abajo”.

Esto es algo que con mucha más frecuencia se ve en los hombres que, siempre y cuando la chica les parezca lo suficientemente atractiva (en términos de juventud y fertilidad), están dispuestos a tener relaciones con mujeres de estratos sociales más bajos.

Por eso no es raro ver hombres extremadamente exitosos acabar en relaciones con mujeres que no tienen, ni de lejos, el mismo nivel de éxito.

Sin embargo, en las mujeres ocurre lo contrario. A medida que suben de estatus, su filtro hipergámico reduce el número de hombres válidos. Y los hombres que sí cumplen esos estándares suelen preferir mujeres más jóvenes.

Por eso, en la actualidad vemos que cada vez más mujeres acaban solteras: porque rechazan la opción de “casarse hacia abajo” aunque sea la única disponible.

Un estudio de Morgan Stanley proyecta que para el año 2030 el 45% de las mujeres entre 25 y 44 años vivirán solteras y sin pareja.

Y la principal razón es esta: a medida que aumenta su estatus social y económico, disminuye el número de hombres a los que consideran “válidos” dentro de sus parámetros hipergámicos y los que son válidos no las eligen a ellas porque prefieren mujeres más jóvenes y con una actitud menos competitiva y masculina.

En otras palabras, muchas mujeres prefieren quedarse solteras antes que comprometerse con un hombre que perciben “por debajo” de ellas.

¿Los hombres son hipergámicos si buscan mujeres muy atractivas?

No. Eso es optimización, no hipergamia. Un hombre puede sentirse atraído por mujeres de mayor, igual o menor valor sexual. Lo que lo define no es un filtro hacia arriba, sino el impulso a maximizar opciones.

¿La hipergamia termina en el matrimonio?

No.

La hipergamia femenina nunca desaparece. Una mujer casada sigue evaluando de forma inconsciente el valor de su pareja frente a otras posibles opciones.

Pensar que el “sí, quiero” la apaga es un error que lleva a que “bajes la guardia” y, con ello, acabes perdiendo el atractivo y el deseo en la relación desaparezca.

¿La hipergamia también ocurre aunque la mujer tenga más de 30 o 40 años o no quiera tener hijos?

Sí. La hipergamia no desaparece porque la mujer supere cierta edad o decida conscientemente no tener hijos.

Da igual lo que una mujer piense o quiera en el presente: su impulso biológico no está programado para la sociedad actual, sino para la supervivencia de hace miles de años.

La programación evolutiva femenina sigue activa aunque ya no haya intención de maternidad. Igual que tú sigues programado para seguir comiendo aunque objetivamente hayas cubierto tus calorías diarias.

Por eso una mujer de 40 sin intención de ser madre sigue filtrando hacia arriba y apuntando a conseguir un hombre que la optimice a la hora de buscar pareja.

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