Hombre Alfa

¿Tienes la sensación de que por más que te esfuerces, nunca es suficiente para ellas?

A veces parece que hagamos lo que hagamos, las mujeres nunca están del todo satisfechas y se sienten incómodas tratando con los hombres:

Dicen que no les valoramos lo suficiente.
Que la sociedad no es justa con ellas.
Que no sabemos complacerlas.

Y en muchos casos, sus motivos parecen legítimos.

 

Por eso, los hombres tratamos de hacer lo correcto: ser más atentos, más cuidadosos, más considerados.

Queremos que se sientan bien, valoradas y especiales.

Pero cuanto más nos esforzamos, más insatisfechas parecen.

Y cuanto más cedemos, más nos exigen y más piensan que no tienen suficientes derechos.

Así que los hombres seguimos haciendo cosas para que ellas estén más contentas.

Y llegamos a aceptar cosas que hace unos años eran impensables y que pisotean nuestros derechos, como:

• Controlar lo que podemos decir y lo que no.
• Evitar el humor para no «ofender» a nadie.
• O ceder en principios básicos como la presunción de inocencia.

 

Y aún así, parece no ser suficiente. Ellas dicen que no es «justo».

Vivimos en una sociedad donde muchas mujeres están descontentas y acusan a los hombres de ser «los culpables».

Y donde muchos hombres, confundidos por este discurso, han perdido su liderazgo, su masculinidad…y se han vuelto unos débiles.

 

Por eso sientes que tienes que insistir para llevar a una mujer a la cama. (Incluso si es tu pareja).

O que necesitas mostrar un interés exagerado para gustarle.

O tratarla como si fuese de porcelana, no sea que se moleste.

 

Pero los hombres que tienen éxito con las mujeres nunca hacen nada de esto.

Son hombres que llevan la iniciativa,

entienden por qué fueron rechazados,

y aprenden los principios de biología evolutiva que los vuelven más interesantes y atractivos de forma natural para las mujeres.

 

Si quieres dejar de depender de la suerte en tus relaciones,

y empezar a entender lo que realmente funciona con las mujeres,

he condensado estos fundamentos – basados en millones de años de evolución – en un curso gratuito por email.

Lo recibes de inmediato. Solo tienes que dejar tu email:

No tienes que mostrar tu lado femenino. Ni ser más vulnerable. Ni más sensible.

Durante años pensé que mi padre tenía un problema.

Era seco. Práctico. No muy emocional.

Y en mi cabeza, eso era sinónimo de estar roto por dentro.

 

Pero yo venía empapado de otra narrativa.

Educado desde pequeño por maestras que repetían lo mismo una y otra vez:

• Que los hombres debían «abrirse»,
• ser más sensibles,
• y mostrar su lado femenino.

 

Sí, en una etapa de mi vida fui ultrafeminista.

Pero no en plan moderado.

Feminista nivel discutir con mi padre en cada comida familiar por defender el feminismo como una religión,

como si él fuera el enemigo.

Como si su forma de ver el mundo estuviera equivocada solo por ser masculina.

 

Hoy me da vergüenza contarlo. Pero lo hago porque sé que no soy el único.

Muchos hemos vivido lo mismo.

Porque muchas madres te educan a «no ser como tu padre».

Y la sociedad te exige que seas empático, correcto y servicial.

 

Vivimos en un entorno que asocia la masculinidad a la agresión o al abuso.

En un mundo que te castiga si eres duro…pero que no te premia por ser blando.

¿El resultado?

Generaciones de hombres desalineados con su esencia.

Desconectados de una figura paterna fuerte.

Y sin un modelo masculino al que mirar sin culpa ni vergüenza.

 

Yo tardé años en entenderlo:

Mi padre no era emocionalmente limitado. Era emocionalmente contenido.

No era frío. Era firme.

No hablaba de más porque no necesitaba hacerlo.

Y donde yo veía «frialdad» o dureza, había estructura, firmeza silenciosa y presencia.

 

Cuando descubrí la Red Pill, todo encajó:

Entendí que hombres como mi padre, no están rotos.

Están hechos de otra pasta.

Y esa pasta es la que sostiene, protege y guía…

cuando todo lo demás se derrumba.

 

Este proyecto nace para hombres como tú.

Hombres que, en algún momento, han renegado de su energía masculina.

Hombres que se han desconectado de lo que son, para encajar de lo que les dijeron que debían ser.

Mi propósito es que vuelvas a esa esencia para reconectar con el hombre que un día fuiste.

Y es que quizás lo que creías que era un error…era la clave.

Porque entender a las mujeres está bien,

pero las entiendes mejor cuando primero entiendes al hombre que tú eres.

 

El resto de mi historia personal y el camino que he recorrido antes de guiar a miles de hombres a transformar sus relaciones, puedes leerlos aquí: